La motivación para trabajar esta temática fue completamente relacionada con el tema de la niñez, la inocencia y el contraste que hay con la falta de empatía del mundo adultocentrista. Todo esto plasmado en un dibujo con la simpleza del carboncillo y lápiz grafito.

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  Formo parte de una obra en conjunto realizada con mis compañeros Milena Quezada y Ricardo Arias, denominada “Realidades entretejidas” donde cada uno se desenvuelve en el dibujo de una manera individual, pero al mismo tiempo con uniones de sentimientos. Por mi parte quería plasmar en el papel un poco la angustia de un niño en medio de la guerra, traté de enfocarme en su expresión más que nada la felicidad en este caso quería dejarla un poco de lado ya que siempre los gritos o sentimientos negativos son silenciados y se convierten en anónimos y nada más.