Entrevista realizada a la artista
Mª Isabel Valderrama
Cuéntanos cuál es tu motivación para trabajar la temática.
La infancia es un momento que está presente en la vida de cada persona, sucediendo, a punto de suceder o como un recuerdo. Esta conexión me parece interesante, porque es un factor común capaz de transmitirse como un lenguaje apto para todos los idiomas, es parte del ciclo de la vida, un ciclo que a veces puede ser tortuoso, silencioso, o amable. Trabajar con esta temática es una forma de volver a reflexionar en la propia vida y la colectiva, es poner en tema la vulnerabilización de la niñez bajo el contexto a nivel país, que es establecer nuevas bases constitucionales, en donde la infancia necesita ser escuchada y atendida urgentemente.
¿Qué es lo que buscas expresar a través de tu obra ya sea individual o colectiva?
Parte desde una idea del desecho, de la memoria presente/ausente, recuerdos colectivos plasmados en imágenes fugaces que buscan a través del bordado tensionar ciertos elementos o personas.
¿Existen referentes teóricos o visuales en los que te has basado? ¿hay algo en particular que te inspire para la realización de esta obra?
Gabriela Mistral y Alejandra Pizarnik son escritoras que siempre me vienen a la mente, encuentro que ambas aúnan el dulzor y la tragedia en la infancia, siendo el bordado un medio en que lo escrito se traspasa a lo visual como una forma de hilvanar lo que fuimos, lo que somos. Lo que me llama particularmente en esta obra es la realización colectiva, como desde lo virtual buscamos un dialogo que no solo se trata del aquí y ahora, sino que también las remembranzas.
Respecto al proceso creativo ¿Hay algún aspecto relevante que quieras mencionar, como elección de la materialidad, experimentación y/o lenguaje?
Me acerque a la experimentación con colores, todas las obras son bordadas con hilo rojo, uniendo imágenes con su color natural sin intervenirse, con otras que solamente resaltaban sus contrastes entre negro y sombra impreso en un papel de un color determinado, rojo, azul, verde, amarillo, ocre, según la sensación que me entregaba cada fotografía.